El hijo de Paul Mc Cartney quiere dejar la música

El fín de semana pasado, James Mc Cartney actuó en un pub de Islington, en el norte de Londres. Su padre no pudo estar entre la audiencia.
Pero el caso es que el lugar no se llenó para ver el único hijo de Paul. Peor todavía. A medida que avanzaba el concierto, la gente se iba marchando del local. Y, por supuesto, James iba perdiendo confianza en lo que hacía. Por supuesto, nadie le demandó ni un sólo bis.
La noticias que se tienen de semejante descalabro es que James quiere abandonar la música, su pasión. La carga, el peso de ser el hijo de un beatle es excesiva.
Ya le ocurrió primero a Julian Lennon. Luego,a Sean Lennon y, ahora, a James. A pesar de que “Me”, su último EP (todavía no ha hecho un sólo álbum) es francamente excelente. Tan bueno como el primero que hizo, llamado “Aviable light” hace ya cinco años.
James es multimillonario, por supuesto, por herencia, pero tiene ya 38 años y no confía precisamente en un futuro musical.